Cuenta la leyenda que los dioses escucharon a la madre tierra platicar con sus agaves acerca de un elemento faltante, un elemento que les dé un toque de sabor para acompañar a la bebida que cura todo mal. Al escuchar esto, los dioses mediante un estruendoso rayo mandaron a la tierra a una criatura ancestral, para acompañar el mejor mezcal artesanal.